sábado, 27 de diciembre de 2008

Hoy quise olvidar el cincuenta por cien

Un día de estos me quise parecer a ti.

Esta navidad pasará como una fecha más y fin de año será el principio de ese fin que he dejado aparcado y que no he dejado que empiece, ese coche de juguete que parece que no quiero liberar aunque se presente una cuesta abajo, que fácil sería abrir la mano, quitarle los dedos de encima, liberarlo, que se vaya poco a poco rodando, y que me diga adiós a través del espejo retrovisor.


Cogí todas las palabras, todas las promesas, todos los buenos recuerdos; los metí en una bolsa y desde ese día los llevo a cuestas. Me gusta el peso que produce sobre mi hombro derecho, aunque admito que a veces tengo que cambiarlo al izquierdo, tantas cosas a veces hacen daño…


Nunca pensé llenar algunas líneas sobre este episodio, pero aquí estamos...


Muchas cosas en la vida las creemos ajenas a nuestro acontecer, pero, tarde o temprano, llegan y te das cuenta de que no estás exento de nada.


Todo y nada puede pasar, es el cincuenta por cien de todo lo que llamamos vida. Maduras sin darte cuenta poco a poco, muchas veces queriendo ser la mitad de inmaduro que antes y otras, ser más de la mitad de maduro de lo que eres ahora.
Queremos afrontar las cosas que se van presentando, y ponerle alguna cara familiar.
Las analogías de nuestra existencia.


Esta tarde me quise parecer más a ti, más de lo acordado por las estrellas, el destino o cualquier fuerza implicada en esto.
El ruido de las cosas que hago se cuela por todas partes y me recuerdan que aún sigo vivo. Curándome las heridas, a lametazo limpio, con mi más primitivo instinto, el que me dice que lo sucedido enseña, te hace crecer, te hace llorar aunque te brinde de vez en cuando alguna sonrisa, y te hace reír aunque a veces te brinde lágrimas.


Cincuenta y cincuenta. Pero me quedaré aquí, sentado, reflexionando con el resto del mundo, girando a mi alrededor, con los ojos cerrados, concentrado en el ruido de su traslación.

Muchas de las cosas que pueda decir no tienen sentido a los ojos de un extraño, pero créeme son muy coherentes. 

Al final lo que queda es una gran colección de cosas vivas, aún cálidas al tacto, que se irán enfriando a medida que la vida vaya en su camino interminable. No queda más que todo aquello que puedas tocar al alzar los brazos. 

Con el sueño viene el olvido consciente y despierta el recuerdo de tu mundo virtual dentro de tu cabeza.
Y mañana será otro día.


Hoy quise parecerme más a ti, pero no sé si lo he logrado…

4 comentarios:

  1. Mi pequeño Hals, la vida es lo que somos, pero también lo que no somos, la vida es lo que hacemos, pero también lo que dejamos de hacer, la vida es, en definitiva, la consecuencia de las decisiones y elecciones que tomamos, pero también las que no tomamos o dejamos por el camino, por eso somos seres complicados. Y en el fondo, supongo que el secreto de la vida es intentar mantener un equilibrio entre opuestos, no conozco a ciencia cierta el arcano, sólo te hablo de experiencias. También se suele decir que uno tiene que ser uno mismo, pero supongo que el equilibrio se encuentra más en como uno es y como le gustaría ser. Es cuestión de vivir, no hay otra respuesta a ciertas dudas. Quizá en el fondo la vida no es más que un test de respuesta múltiple, fíjate lo que te digo. Por cierto, si madurar acojona, no creas que con el paso del tiempo esto pasa, simplemente aprendes a vivir acojonado jeje. Un besote.

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  2. Muy bueni, parece que muy personal también, tal vez lo valioso que veo es porque se le echó todo personal.

    Feliz año aunque con uno días de retraso!

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  3. Una vez mas me senti idetificadacon tus palabras, y de nuevo copie los textos que tanto me llegaron. Gracias y suerte
    un beso

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  4. Hals... me haz hecho sentir.. real

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